Su cara lo hace
distinto y el solo quiere ser uno más. Camina siempre mirando el suelo, la
cabeza gacha y el flequillo tratando en vano de esconder su rostro, pero, aun así,
es objeto de miradas furtivas, susurros ahogados y codazos de asombro. August
sale poco, su vida transcurre entre las acogedoras paredes de su casa, entre la
compañía de su familia, su perra Daisy y las increíbles historias de la guerra
de las galaxias.
Este año todo va a cambiar, porque este año va a ir, por
primera vez, a la escuela. Allí aprenderá la lección más importante de su vida,
la que no se enseña en las aulas ni en los libros de texto: crecer en la
adversidad, aceptarse tal como es, sonreír a los días grises y saber que, al
final, siempre encontrará una mano amiga.
Fue un libro fantástico, me gustó como está escrito porque siento que se facilita y se vuele una lectura mucho más rápida, el libro me atrapó de principio a fin y me lo acabe en tan solo 2 días, August es un personaje que te mueve el corazón por muy duro que lo tengas logra despertar sentimientos de empatía con su sentido del humor y no sólo el si no la mayoría de los personajes como vía o su mamá, en realidad me gustó mucho ver las perspectivas de los demás personajes y es una historia que nos deja enseñanzas sobre la vida y nos damos cuenta de que a veces nuestros problemas no son tan grandes como creemos, solo estoy esperando a ver la adaptación y conmoverme un rato más con August, Summer y Jack.


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